sábado, 30 de diciembre de 2006

Últimos días

Por fin de temporada, liquidamos las existencias a cualquier precio.

jueves, 28 de diciembre de 2006

Pantalón

Fueron los germanos y los celtas los que llevaron los pantalones hasta Roma, en el siglo IV antes de Cristo. La prenda rápidamente se convirtió en un básico de la vestimenta de los romanos, pero curiosamente cayó en total desuso y hasta llegó a prohibirse en algunas regiones del Imperio. Su recuperación tiene lugar en tiempos de la Revolución Francesa, cuando los "sans culottes" imponen su prenda como reivindicación frente al calzón corto de los nobles. Al rey Eduardo VII de Inglaterra (1841-1910) se le atribuye la novedad de la botamanga en el bajo del pantalón, cosa que al parecer, hizo un día de lluvia para no mancharse. Eduardo, que en su época era el espejo donde se miraban todos los elegantes, se vio inmediatamente copiado.

miércoles, 27 de diciembre de 2006

Elecciones

...
Con disimulo, hurgó bajo el costado derecho de sus vestiduras. Extrajo una bolsa pequeña, que colocó en la mesa, ocultándola con el sombrero. Escarbó en el costado izquierdo; apareció en su mano otra bolsita, algo más reducida, que fue a acompañar a la primera.
Alzó a medias el sombrero, lo suficiente como para que yo mirara debajo.
Me dijo:
-Elija su merced la que desee y prefiera.
Lo miré en los ojos. Estaba ebrio
Tomé la menor. Me dijo:
-En paz.
Yo no entendí el sentido de su escueta afirmación: "En paz"; pero le contesté que estaba de acuerdo.
-En paz -repetí.

Antonio Di Benedetto Zama

Sombrero de confiería (César Taibo- 2006)

sábado, 23 de diciembre de 2006

Una mujer con sombrero

Una mujer se ha perdido
conocer el delirio y el polvo,
se ha perdido esta bella locura,
su breve cintura debajo de mí.
Se ha perdido mi forma de amar,
se ha perdido mi huella en su mar.

Veo una luz que vacila
y promete dejarnos a oscuras.
Veo un perro ladrando a la luna
con otra figura que recuerda a mí.
Veo más: veo que no me halló.
Veo más: veo que se perdió.

La cobardía es asunto
de los hombres, no de los amantes.
Los amores cobardes no llegan a amores,
ni a historias, se quedan allí.
Ni el recuerdo los puede salvar,
ni el mejor orador conjugar.

Una mujer innombrable
huye como una gaviota
y yo rápido seco mis botas,
blasfemo una nota y apago el reloj.
Que me tenga cuidado el amor,
que le puedo cantar su canción.

Una mujer con sombrero,
como un cuadro del viejo Chagall,
corrompiéndose al centro del miedo
y yo, que no soy bueno, me puse a llorar.
Pero entonces lloraba por mí,
y ahora lloro por verla morir

martes, 19 de diciembre de 2006

Maestros: Newton

Alemán de nacimiento, residente en Mónaco y poseedor de un pasaporte italiano, Helmut Newton es indudablemente un hombre cosmopolita, que se complace en cultivar esa imagen.
El hecho de que muchas de sus fotografías sean tomadas en suites de hoteles contribuye a confirmar ese carácter. Se inició en los secretos de la “caja negra” como aprendiz de Else Simon, fotógrafa berlinesa conocida profesionalmente como Yva, célebre por sus fotos de moda, sus retratos y sus desnudos.
Después de terminar su formación, residió varios años en Australia y Singapur, y más tarde vivió y trabajo en París.
Colaboró en las ediciones francesa, inglesa, norteamericana e italiana de la revista "Vogue", pero también en " Elle", "Marie Claire", "Jardin des Modes", "American Playboy" , "Nova" y "Queen". Además realizó grandes reportajes fotográficos que aparecieron en "Stern" y "Life".
Newton creó un nuevo estilo de fotografía de moda y desnudos, cuyo éxito está claramente emparentado con su profunda sensibilidad ante los signos y el espíritu de nuestra época. Su estilo combina actitudes agresivas, sumisión voluntaria y un dejo de cinismo. En sus desnudos, la estilización de las fotografías de moda se presenta bajo la forma de la androginia, su preferencia por mujeres altas, masculinas, de marcados huesos y seguras de sí mismas.

lunes, 18 de diciembre de 2006

Jersey

El origen del jersey proviene de la abreviatura popular de: “[mar]chand d'ail”, que es lo mismo que mercader o vendedor de ajos o, genéricamente, verdulero, frutero, en alusión al jersey de canalé que llevaban los vendedores de hortalizas de Les Halles.
La palabra apareció hacia 1893, e hizo reír a todo el mundo, pero lanzó definitivamente la moda de los tejidos de punto para el deporte.
El jersey era muy práctico por su capacidad de mantener el calor. Por ello, cuando estalló la I Guerra Mundial se decidió que los soldados debían llevarlo, y las mujeres de la retaguardia se precipitaron patrióticamente sobre la lana y las agujas, dedicándose a unas labores de punto que, hasta entonces, se consideraban pueblerinas. Con las canastillas de bebé a la inglesa, el punto invadió las cunas y, para 1920, las playas del Canal de la Mancha rebosaban de mujeres con bolsas de labores repletas de ovillos.

Las primeras prendas tricotadas de jersey aparecieron en el siglo XVII en las islas británicas del Canal: Jersey y Guernesey, donde las elaboraban a mano las mujeres de los pescadores y marineros. Según se cuenta, cada familia tenía su estilo y color, que la diferenciaba de los otros. Así, los pescadores que morían ahogados en el mar, eran fácilmente reconocidos por sus familiares cuando el cadáver llegaba a la orilla. Las prendas de punto continuaron siendo únicamente para campesinos y pescadores, hasta que en la segunda mitad del siglo XIX, con la práctica del deporte, las prendas tricotadas adquirieron gran popularidad y la palabra jersey se convirtió en sinónimo de prenda de punto. Por las mismas fechas llegó también a América, y los deportistas lo adoptaron con el nombre de sweater (el que suda, sudadera), término acuñado por los sudorosos atletas de las escuelas americanas.

jueves, 14 de diciembre de 2006

Soy mi disfraz

“De tal modo me he desnudado de mi propio ser que existir es vestirme. Sólo disfrazado es cuando soy yo”.

Fernando Pessoa El libro del desasosiego

miércoles, 13 de diciembre de 2006

Didascalia

...
Segismunda trae pantalones de terciopelo rojo vivo modelo Keats, una camisa lila estilo Shelley, un cinturón anaranjado incandescente modelo Maiakovski y botas de gamuza celeste forradas en piel rosada modelo Rimbaud.
En cuanto a Carol, su traje es de color roca rala y toda su persona evoca el otoño.
...
Lo poseídos entre lilas. Alejandra Pisarnik

martes, 12 de diciembre de 2006

Guillotina

Antiguo principio: el verdugo es depositario de todo derecho sobre las ropas que viste el decapitado al momento de su muerte.

domingo, 10 de diciembre de 2006

El sombrero de Ahab

…No hacía diez minutos que Ahab había subido por primera vez al palo mayor, cuando uno de esos feroces halcones marinos de pico rojo, que suelen acosar en esas latitudes a los vigías en los topes de los mástiles, empezó a revolotear y a chillar sobre su cabeza, en un laberinto de círculos indiscernibles y rápidos. Después subió como una flecha unos mil pies en el aire, para bajar en espiral y empezar a revolotear de nuevo.

-¡Su sombrero, su sombrero, señor! –gritó de improviso el marinero siciliano que, de guardia en el tope de mesana, estaba directamente tras Ahab, aunque algo más abajo y separado por un hondo abismo de aire.
Pero ya el ala oscura estaba ante los ojos del viejo y el largo pico encorvado sobre el sombrero: con un chillido el halcón negro huyó con su presa.
Tres veces voló un águila sobre la cabeza de Tarquino. Le quitó su casquete y enseguida se lo volvió a poner. Así fue que Tanaquila, su mujer, declaró que Tarquino sería rey de Roma. Pero el presagio se consideró favorable sólo por la devolución del casquete. En cambio, el sombrero de Ahab no volvió nunca más: el halcón salvaje se fue con él, muy lejos, a proa, y al fin desapareció. En ese instante se vio caer al mar, desde una altura inmensa, un imperceptible punto negro.





Moby Dick Herman Melville

sábado, 9 de diciembre de 2006

Pechos de limón

En el transcurso de la historia, el busto femenino, ha aparecido y desaparecido de la vista pública. Las mujeres de la Creta minoica, llevaban unos sujetadores que alzaban los pechos desnudos superponiéndolos al resto de la indumentaria.
En cambio, en el mundo clásico, las mujeres griegas y romanas se ceñían el busto con una faja para reducir su volumen, moda que reintroducirían siglos más tarde los Padres de la Iglesia. De hecho, desde su aparición en Grecia hace 4500 años, el sujetador y el corsé han sido las prendas principales con las que los hombres han intentado remodelar a las mujeres a su gusto.
En ciertos períodos, se idearon dispositivos para aumentar el tamaño de unos pechos considerados inadecuados. Los primeros anuncios públicos de lo que después se conocería como “postizos” aparecieron en París en el siglo XIX. El “perfeccionador del busto” consistía en unas almohadillas de lana que se insertaban en un corsé de ballenas. Más tarde, las mujeres francesas pudieron adquirir las primeras almohadillas de goma, denominadas “pechos de limón” a causa de su forma y tamaño.
El primer sujetador moderno hizo su aparición en el año 1913, por obra de Mary Phelps Jacobs, una dama de la sociedad neoyorquina, que fue la responsable de la decadencia del corsé.
Las mujeres elegantes de la época llevaban corsés de ballenas y cordaje, que eran incómodos y dificultaban los movimientos. Sin embargo, a Mary Jacobs no le preocupaba la comodidad sino la apariencia, y en el año 1913 adquirió un carísimo vestido de noche para una fiesta de sociedad. Este vestido revelaba claramente el contorno de su corsé, por lo que la señora Jacobs, ayudada por su doncella francesa, confeccionó un sujetador sin espalda, valiéndose de dos pañuelos blancos, una cinta y un cordón.
En noviembre del año 1914, se le concedió una patente para el sujetador sin espalda y, ayudada por un grupo de amigas, confeccionó manualmente varios centenares. Pero sin el apropiado marketing, este negocio no tardó en venirse abajo. Finalmente vendió su patente a la Warner Brothers Corset Company de Bridgeport Connecticut por una suma de 1500 dólares.
Aparecieron seguidamente innovaciones del modelo de Mary Jacobs. En los años veinte intervino la tela elástica, y en los treinta aparecieron el sujetador sin tirantes y las copas de tamaño estándar.
Quien introdujo las diferentes tallas de sujetadores fue Ida Rosenthal, una emigrante judía rusa que, con la ayuda de su marido, fundó la Maidenform. Durante los años veinte, la moda exigía en las mujeres un pecho plano y un aspecto más bien de muchacho. Ida Rosenthal, modista de oficio, alteró la tendencia al promover unos sujetadores que realzaban el busto. Combinando su propia experiencia como modista y los patrones de papel, agrupó a las mujeres americanas en categorías según el tamaño del busto, y produjo una línea de sujetadores para realzar la figura femenina de las diferentes edades, desde la pubertad hasta la madurez. En los años sesenta, cuando las muchachas quemaban sujetadores como símbolo de liberación femenina, preguntaron a Ida Rosenthal si este movimiento señalaba la desaparición del negocio de los sujetadores, y ella contestó: “Somos una democracia. Toda persona tiene derecho a vestirse o desvestirse.” Y añadió: “Sin embargo, cumplidos los treinta y cinco años la mujer no tiene una figura que pueda prescindir del sujetador. El tiempo está a mi favor.”

viernes, 8 de diciembre de 2006

Las tres hermanas

The Wyndham Sisters
John Singer Sargent
1899


The Wyndham Sisters
Cecil Beaton
1950

jueves, 7 de diciembre de 2006

Corbatas

En 1660, los oficiales del regimiento Croata, héroes de la contienda con Turquía, se presentaron en París ante su Majestad Luis XIV (conocido por su buen vestir), llevando al cuello unos pañuelos de colores.
Estos pañuelos tanto gustaron a Luis XIV que diseñó para el regimiento un pañuelo con la insignia Real al que denominó Cravette, proveniente del vocablo Crabete, que significa Croata.
Pronto la idea se extendió y cruzó el canal haciéndose un hueco en Inglaterra, que se convirtió en el epicentro de la moda textil, gracias a la lana y la seda que le proporcionaban sus colonias. Así el accesorio se adoptó en el resto de Europa. Y también en ultramar.
En un principio se vestían todo tipo de tejidos y estampados, no existían patrones determinados, e incluso se podían ver diseños de múltiples tamaños con borlas y cordones.
Aunque muchos historiadores predecían la desaparición de la corbata, ya que no tenía sentido llevar un "trozo" de tela al cuello, esta prenda perdura hasta nuestros días, y es el complemento indispensable del guardarropa de los caballeros.
¿Qué sería de un elegante traje sin una preciosa corbata?
La corbata añade estilo, elegancia, color y textura a la austera camisa, destacando la verticalidad del cuerpo. Un buen traje, aunque se note su calidad, no luce tanto como vistiendo una elegante corbata de seda.
La corbata y la camisa comienzan su evolución de forma conjunta. Los cuellos se hacen más amplios para adaptarse a esta nueva prenda. Los lazos evolucionan, surgiendo formas que en la actualidad aún seguimos utilizando, como los nudos Windsor o el clásico americano.

lunes, 4 de diciembre de 2006

Zapatos de tacón

Expresión pura del poder femenino. Los zapatos pueden ser un arma de seducción o algo parecido a un objeto de tortura. Stiletto significa daga, una especie de pica hielo muy afilado, de allí que escogieran este nombre para denominar a los zapatos de tacón muy alto, tan delgados como una aguja y con la punta cubierta de metal, en pocas palabras, un arma blanca, letal y llena de sofisticación.
Para los amantes del pie femenino son un fetiche, resaltan la figura y acentúan con gracia las curvas de la mujer. La razón de tanta magia es que, además de aportar varios centímetros de altura a la anatomía, sus delgados y altos tacones obligan a que se forme un arco en la espalda, haciendo que el pecho sobresalga y el “derriere” quede ligeramente empinado hacia atrás. Sin contar con ese aire de cierta fragilidad y desbalance que hacen que la dama necesite el apoyo del brazo de un siempre dispuesto caballero.
El stiletto nació en la década del ´50 y su diseño se le atribuye a los legendarios fabricantes de zapatos franceses Roger Vivier y Charles Jourdan, sin olvidar el notable aporte de los maestros italianos Andrew Perugia y Salvatore Ferragamo. La revolución de los tacones altos comenzó cuando Vivier (quien diseñó los zapatos usados por la Reina Elizabeth II en su coronación, hechos de piel y cubiertos de rubíes) se unió al genio creativo de Christian Dior. El llamado padrino del stiletto trabajó para complementar con sus tacones la primera colección del genio francés. Tal fue el efecto de esa combinación que para el año 1952 el llamado “stiletto de Vivier” era conocido en las grandes capitales del mundo.
Hoy en día existen varias versiones del modelo original, por ejemplo el pump, el slingback y las strappy sandal. Los reconocidos diseños de la famosa marca italiana Prada tienden a ser más redondeados a diferencia de los codiciados Manolo Blahnik y de los Jimmy Choo, que conservan su línea puntiaguda y estrecha. Curiosamente, muchos de los que diseñan estos tacones tan altos son hombres, se les hace fácil por que no le dan importancia a un “pequeño detalle” como lo es la comodidad.

domingo, 3 de diciembre de 2006

Corsé de ballenas

… los lados acostillados, arqueados, vellosos, nos presentan esas barbas asombrosas, semiverticales, en forma de cimitarra –unas 300 a cada lado- que cuelgan de la parte superior de la cabeza o hueso de la “corona” y forman persianas. Los bordes de esos huesos tienen fibras pilosas mediante las cuales la ballena cuela el agua y retiene los peces pequeños, cuando avanza con la boca abierta por los mares de brit en busca de alimento.
…Como todos saben, esas mismas “cerdas de puerco”, “espinas”, “patillas”, “persianas”, o como quiera llamárselas, suministran a las damas sus ballenas de corsé y otros ardides para apuntalarlas. Pero hace mucho que ha disminuido la demanda de ese artículo. El hueso tuvo su momento de gloria en tiempos de la reina Ana, cuando el guardainfante estaba en su apogeo. Y así como esas antiguas damas se movían alegres, por así decirlo, entre las fauces de la ballena, en nuestros días corremos con la misma indiferencia hacia las mismas mandíbulas cuando llueve: el paraguas es una tienda sostenida por esos mismos huesos.

Moby Dick Herman Melville